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sábado, 17 de noviembre de 2018

Creer en la Felicidad


Creer en la Felicidad


Siempre he creído que la Navidad tiene una característica para todos: que es una época de felicidad. Lo curioso de esta época, y de todo lo que representa, es que si uno analiza bien, es una época en la que las condiciones son prácticamente iguales a las de cualquier otra época del año, pero en ésta sacamos a relucir lo mejor de nosotros como seres humanos.


En efecto, en diciembre las condiciones son iguales a las de otros meses del año. Algunos podrían decir que no, y enfocarse en el dinero, argumentando que hay más dinero en diciembre que en el resto del año, pero para la gran mayoría, como empleados, el mes de junio también representa más ingresos por el pago de la prima de mitad de año. Y si analizamos otros factores, diciembre es definitivamente un mes más del año en el cual los recursos son los mismos, entonces, ¿qué es lo que sucede en este mes?, ¿qué pasa con la magia que surge y que hace que todo sea tan hermoso y colorido?


Personalmente considero que todo es cuestión de creer, creer en lo bueno, en el amor, en lo positivo, y menos en el destino, en la economía, en la guerra y en la violencia. Seguramente muchos no estarán de acuerdo con esta posición, pero a ellos y a todos nos debería rondar la misma pregunta: ¿Necesitamos esperar a diciembre para reunirnos con nuestros familiares? ¿Sólo en diciembre podemos perdonar y hablar con ese vecino al cual no saludamos en todo el año? ¿Sólo una vez al año podemos abusar de la palabra amor y del sentimiento genera? ¿Diciembre es la única época en la que podemos sentirnos abundantes y agradecidos?


Estoy convencido de la habilidad que tiene el ser humano para generar el ambiente que quiere y necesita, y esta habilidad debería ser utilizada con más consciencia y con más frecuencia para generar alegría, amor y abundancia, y no solo en Navidad.


Todo el año debería ser Navidad, deberíamos dejar de creer que este mundo es un lugar para sufrir y convencernos que es un lugar para celebrar agradeciendo cada día por todo lo que tenemos, incluso por el simple hecho de respirar y tener oxigeno suficiente para hacerlo.

Iván Rendón Giraldo. 
Psicólogo

De uniformes y armas


 De uniformes y armas


                        



Otra vez emprendo el viaje de vuelta,
 voy por la carretera
tan solitaria y Calurosa.

De cactus y tierra,
suenan las piedras bajo las llantas del auto.

El cielo perpetuo.

-Nadie habita estas orillas-
-Antes camino de  guerrilla –
hoy de mi regreso.

Nadie sabe que ya no es como antes
que ya no quisiera partir,
que el cuerpo empieza a extrañar,
que quisiera manzanas repetidas
todos los días de mi barrio,
regresar a casa a las 6 p.m.,
cuando las luces se toman la ciudad,
ver tele los domingos,
organizar la rutina de los sábados.

Tener tú y yo planes juntos
sin tener que posponerlos una eternidad.

Este desierto hace juego con mi soledad,
Volver cuando uno quiera.

Amanecerá como siempre en otro lugar.
 J. B.