¿Incertidumbre o
aprendizaje?
A pesar de que
la actual situación con el Covid-19 es global y que a muchos los ha llevado a
no tener cómo suplir sus necesidades básicas, comprender que todo puede cambiar
con cambiar nuestro marco mental es vital para sacarle un aprendizaje a la
crisis. Ver esto como algo cargado de incertidumbre nos lleva a la angustia, la
desesperanza y a alarga la situación, pero verlo como una oportunidad de aprendizaje
nos llevará a mejorar la forma en que nos relacionamos, el modelo económico que
impera y a transformar los valores que nos rigen.
La situación que nos
tocó vivir a raíz del Covid-19 ha sacado de nosotros como individuos y como
sociedad lo mejor y lo peor, lo cual lo podríamos explicar al reconocer que somos
más emocionales que racionales, ya que normalmente; y así creamos lo contrario,
nuestras decisiones están influenciadas en gran parte por las emociones, y mucho
más al presentarse una situación de crisis este porcentaje aumenta
notoriamente, al nivel que nuestras decisiones se ven teñidas por las emociones
mucho más básicas.
Resulta que una crisis
como la que actualmente experimentamos; donde hemos tenido que entrar en cuarentena
obligatoria, cambiar la forma de relacionarnos con los demás, donde la economía
se está repensando so pena de aumentar drásticamente la pobreza a nivel mundial
al perder empleos y cerrar empresas, surge una enorme incertidumbre no solo por
nuestro futuro sino por nuestro presente. La mayoría de nosotros hemos
aprendido en la vida a reaccionar a la incertidumbre con las emociones, pues pocos
son los que se han dado a la tarea de educar sus emociones y ante una crisis
reducir la incertidumbre aplicando la razón; que en realidad es la manera más
eficiente de enfrentar una situación como esta. Esto será más fácil para
aquellos que ya han venido reaccionando así en el transcurso de su vida, y será
complejo para aquellos que se han dejado llevar por sus emociones al manejar lo
que se les presenta, pero en ambos casos será lo más adecuado permitirnos
pensar muy bien lo que vamos a hacer y cómo reiniciaremos nuestras vidas de la
menara más conveniente posible, es obvio que será más provechoso buscar
información válida y actuar en consecuencia que llenarnos de emociones
negativas y catastróficas.
A los líderes y a los gobiernos les corresponde
entonces promover el comportamiento prosocial en sus empresas, comunidades y
países, buscando así el bienestar común y una sociedad saludable.
Lo primero que podemos
hacer para darle campo a la razón en esta crisis mundial es comprender que es
un oportunidad para aprender lo que es realmente importante en la vida, ver
esto como un reto a superar con el aprendizaje, y no verlo como una maldición
contra la que hay que resistir, pues es más inteligente aprender que resistir
hasta que pase. Luego de la cuarentena y de superada la crisis seguir viviendo
igual que antes es haber desperdiciado la oportunidad de transformarnos como
sociedad. Esta situación vino a enseñarnos algo, no a medir nuestras fuerzas y
capacidades. Que primordial es entender la importancia de creer en nuestras
capacidades de renovación y observar lo que está pasando desde un marco metal
de aprendizaje y adaptación, pues con ello fortaleceremos nuestros mecanismos
autoreguladores para finalmente tener el mejor desempeño ante el reto que se
nos presenta.
Lo segundo es comprender
que de esta situación de crisis podremos sacar provecho solo y únicamente si la
vemos como sociedad y no como individuos; como individuos actuaremos
egoístamente para cubrir necesidades personales y creyendo que esto es cuestión
de Ganar/Perder, pero como colectivo actuaremos solidariamente ayudando a los
más necesitados, con reingeniería de la economía y con diferentes formas de
relacionarnos, esta vez revisando los valores con los que hemos venido interactuando.
A los líderes y a los gobiernos les corresponde entonces promover el
comportamiento prosocial en sus empresas, comunidades y países, buscando así el
bienestar común y una sociedad saludable.
… existen cosas más importantes que consumir,
aparentar y sacar provecho de los menos favorecidos, pues finalmente estamos
aprendiendo que lo único que importa es respirar y amarnos, en este momento
sabemos que las marcas, los lujos y las apariencias no caben cuando de
sobrevivir se trata.
Si analizamos más
lentamente, de la crisis solo nos podrán sacar los comportamientos cooperadores
que reduzcan las estrategias competitivas y aumenten la confianza en los demás,
esto traerá beneficios extraordinarios a mediano y largo plazo, tales como:
tener claridad que la calidad de gobernantes que elegimos repercute en la
calidad de vida que tendremos, y a nivel más personal que existen cosas más
importantes que consumir, aparentar y sacar provecho de los menos favorecidos,
pues finalmente estamos aprendiendo que lo único que importa es respirar y
amarnos, en este momento sabemos que las marcas, los lujos y las apariencias no
caben cuando de sobrevivir se trata.
Iván Rendón Giraldo.
Psicólogo de Habitus