De uniformes y armas
Otra vez emprendo el
viaje de vuelta,
voy por la carretera
tan solitaria y Calurosa.
De cactus y tierra,
suenan las piedras bajo las llantas del
auto.
El cielo perpetuo.
-Nadie habita estas orillas-
-Antes camino de guerrilla –
hoy de mi regreso.
Nadie sabe que ya no es como antes
que ya no quisiera partir,
que el cuerpo empieza a extrañar,
que quisiera manzanas repetidas
todos los días de mi barrio,
regresar a casa a las 6 p.m.,
cuando las luces se toman la ciudad,
ver tele los domingos,
organizar la rutina de los sábados.
Tener tú y yo planes juntos
sin tener que posponerlos una eternidad.
Este desierto hace juego con mi soledad,
Volver cuando uno quiera.
Amanecerá como siempre en otro lugar.
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