Me conformo
Amiga, me
conformo con tocarte una mano o un cabello que se te cae, delgado, fino nailon
marrón;
pero si no
puedo tocarte, me conformo con escuchar tu voz detrás de un teléfono con cuerda
o inalámbrico, eso no importa, lo importante es escucharte.
Me quedo
entonces mirando tu espalda que se aleja, que brilla en tus hombros como una
mariposa multicolor.
No es que
prefiera escucharte en vez de tocarte,
prefiero tocarte, pero si no se puede, me conformo con oír tu voz, como si
fueras un amor platónico de radio.
Pero si no
puedo escucharte ni siquiera para oír un
adiós, entonces me conformo con apreciarte,
como si fueras
arcoíris.
Tu mano
contempla tus cabellos pesados,
tu mano blanca
y delicada que se opone con rotunda irrealidad a mi mano brusca y pesada,
tu mano que se
mueve en el aire como un ala o un abanico o una hoja o una palabra.
Tu mano, de la
que salen tus dedos y tus uñas finamente pulidas que quiero que me arañen,
que me corten
como un diamante corta un vidrio.
Pero si no
puedo mirarte mientras estas por ahí,
entonces me
conformo con soñarte.
Podré tocarte
y oírte, tu mano sobre mi hombro, tus uñas rasgando mi espalda, tus labios
irreales, tu lengua tan de verdad, tan húmeda como esta ciudad.
Y despierto y
no estás tú, que sonríes, que hueles.
J B
No hay comentarios:
Publicar un comentario