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domingo, 1 de diciembre de 2019

La efímera felicidad de tener sin ser


La efímera felicidad de tener sin ser




Es posible que ser feliz sea tan evidente y sencillo, que incluso sea casi imposible concebirlo para la mayoría de nosotros. Si bien precisamos de lo material para vivir cómodos en este mundo, también es menester que reconozcamos que la mayor parte del tiempo sentimos necesidades y vacíos que no llenan las cosas materiales, y que lo más importante para la vida ni siguiera es tangible; el amor, el aire, el reconocimiento, el respeto, la tranquilidad espiritual, todo esto es intangible, pero sin ello hasta la mejor comida deja de serlo.   


Todos en algún momento hemos tenido la sensación persistente de sed cuando nos deshidratamos, ante lo cual tomamos agua por grandes cantidades sin sentir alivio, por lo que surge la necesidad imperante de seguir tomando agua y como resultado tenemos la percepción de tener el estómago lleno de líquido pero seguir con sed. Luego de tener dichas experiencias de sed persistente hemos comprendido que la forma de mitigar dicha sensación y devolver el equilibrio a nuestro cuerpo es tomar líquidos o comer frutas que contengan electrolitos, ya que consumir solo agua dejará la sensación incomoda de llenura sin hidratarnos.  

En esta época en la que la mayor parte del planeta celebra la navidad, lo cual se reduce simplemente a la compra de artículos; la mayor de las veces innecesarios, a muchos se nos antoja comparar esta práctica de consumo con la deshidratación del cuerpo por pérdida de electrolitos y que insistimos con saciar solo con agua. Es curioso ver como todos corremos a llenar los almacenes y los centros comerciales para hacer compras exageradas tan solo porque el comercio nos dice que hay promociones y rebajas, aunque en realidad más de la mitad de lo que nos ofrecen sea innecesario. Pero todo este fenómeno tiene una explicación, o al menos desde una perspectiva psicológica.


… deberíamos comprender que aunque las necesidades materiales sean más evidentes, las necesidades emocionales y espirituales son incluso más importantes de satisfacer aunque no sean tan evidentes como las anteriores…


Es así como, sin excepción, al pasar un tiempo, luego de las compras, la euforia desaparece, la novedad de lo nuevo ya no existe y la necesidad de hacer nuevas compras vuelve a atacar, y así hasta que la persona comprende que llenar su vida de cosas materiales jamás llenara sus necesidades fundamentales; las emocionales. Es importante dejar claro que en ningún momento estamos afirmando que las cosas materiales se deban evitar y que la alegría de tenerlas no es real para todos, es real porque vivimos en un mundo en el que lo material es necesario para nuestro desarrollo físico y social. Pero una cosa es aceptar que lo material hace parte de nuestro mundo, y otra muy distinta creer que es lo único y lo más importante.


La vida, más que tener, se trata de agradecer y disfrutar del camino.


La semana en la que este artículo se escribió, una noticia nos estremeció, una niña de 11 años se suicidó en la ciudad de Cartago (Valle del Cauca, Colombia). Es inevitable no pensar en los posibles motivos que pudo tener una niña de tal edad para tomar semejante decisión, y además tener la templanza emocional para ejecutarla sin retroceder en el camino. Las razones solo las supo la niña, y para ella fueron tan reales como su propia vida y muerte, pero uno podría especular que debió ser algo que no comprendía si nos basamos en su nivel de desarrollo cognitivo y emocional, y tal vez moral, de acuerdo a su edad cronológica. Tanto esta niña como otros que en los últimos meses se has suicidado en Colombia; gran parte de ellos adolescentes, como también el resto de nosotros, deberíamos comprender que aunque las necesidades materiales sean más evidentes, las necesidades emocionales y espirituales son incluso más importantes de satisfacer aunque no sean tan evidentes como las anteriores, pero así como el cuerpo nos alerta de su deshidratación a través de la sed intensa y que el solo consumo de agua no la sacia, así nuestra necesidad persistente de llenar nuestras vidas de lujos materiales sin llegar a satisfacernos es la alerta de nuestro espíritu de que su necesidad sigue sin satisfacerse.

Acudir a un consejero, a terapia psicológica, a prácticas espirituales y hasta religiosas, debería ser una prioridad en nuestras vidas para conocernos, encontrar sentido de vida y aprender a disfrutar de todo en la abundancia y en la escases. La vida, más que tener, se trata de agradecer y disfrutar del camino.



Iván Rendón Giraldo, Psicólogo de Habitus
                                                                                                                                

2 comentarios:

  1. Evidentemente esta es una época que nos genera a la gran mayoría necesidad de compañía y tiempo de calidad con personas que para nosotros son importantes, sin embargo no se puede desconocer que bajo estos mismos anhelos se teje sufrimiento (en algunos) al extrañar a quien no se tiene, estar lejos de la familia, recordar la pérdida de una pareja o simplemente desear estar en otro lugar... en cada una de estas situaciones se encuentran emociones y la tarea es gestionarlas para tener que beber menos agua pero dejar de sentir sed.

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  2. Gracias Daniela, buen comentario y excelente recomendación para que la sed sea saciada en el origen, no en lo aparente.

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