Nuestro romance con el placer
El escritor español Eduardo Punset, dijo: “La felicidad está en la sala de espera de la felicidad”, y lo explicaba afirmando que nunca deseamos tanto algo como cuando estamos a punto de obtenerlo.
Una de las características de nosotros los seres humanos, al menos de la gran mayoría, es nuestra búsqueda incesante de placer. Podemos estar obsesionados con conseguir algo; ya sea una cosa, vivir una experiencia, lograr un triunfo o tener una relación, pero tarde o temprano estaremos ansiosos por perseguir otra obsesión. Tenemos una relación obsesiva con la novedad, lo nuevo nos seduce irremediablemente, y evidentemente nos da mucho placer; lastimosamente de manera temporal.
Esto sucede gracias a nuestro
ego, lo que finalmente no es malo, ya que hace parte de nuestra esencia, y por
ello no podemos negarlo. Lo complejo aquí es que nos identifiquemos con él, resultar
convencidos de que es todo lo que nos compone, porque no es así. Somos mucho más
que nuestro ego, solo que la mayoría de las personas terminan creyendo que son
solo ego, y que por ende deben estar a su servicio, lo que hace que sus vidas
se tornen en horribles cárceles en las que la insatisfacción de su ego los
lleva a tener que buscar constantemente fuentes de placer en lo novedoso.
El ego solo es una parte
de nosotros, cuya naturaleza es buscar placer, y su satisfacción siempre será
temporal, pero necesariamente no tiene porqué jugar en nuestra contra. Podemos
primero aceptar su naturaleza, y comprender que su insatisfacción estará siempre
presente pero no tiene por ello que ser dramática. Y, segundo, podemos buscar en
nuestro interior algo más trascendental para identificarnos; como nuestra
consciencia, nuestro yo real, nuestra conexión con el universo, que nos permita
saber que, a pesar de tener características como el egoísmo, podemos lidiar con
ellas sin necesidad de ser esclavos de placeres pasajeros, es decir, que podemos
buscar satisfacer muchas de nuestras necesidades más básicas por fuera, pero
estar sosegados por dentro, totalmente satisfechos con lo que sucede en el aquí
y el ahora, disfrutar el presente sin importar el resultado.
Iván Rendón Giraldo, Psicólogo de Habitus.
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