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viernes, 23 de marzo de 2018

¿Sumas, o restas? la pasión por lo que hacemos...


¿Sumas, o restas?

La pasión con la que hacemos nuestro trabajo, sin importar cuál sea, afecta a otros, a la sociedad, y afecta nuestro sentido de vida. Amar lo que se hace es tal vez la mejor manera de cambiar el mundo, de aportar y dejar huella. Esto es especialmente importante en las ciencias humanas, en las que trabajamos directamente con personas, sus sueños, sus metas y su futuro. 


Hace poco fue nominado al premio Global Teacher Prize el pedagogo Luis Miguel Bermúdez reconociéndolo entre los mejores maestros del mundo, esta nominación es considerada como el Nobel de los maestros. Bermúdez fue nominado por innovar con su estrategia pedagógica en ciudadanía sexual con adolescentes del colegio Gerardo Paredes en la ciudad de Bogotá Colombia, pues al aplicar su propuesta logró reducir a cero el embarazo no deseado en los adolescentes impactados por la iniciativa. 

Al escuchar sobre la iniciativa del pedagogo Bermúdez, podría analizar un poco la educación de nuestro país, sus modelos pedagógicos obsoletos, o mejor aún, argumentar sobre la labor y perfil de algunos docentes y maestros del mismo, sin embargo me gustaría mejor que cada uno de nosotros analizara si suma o resta a nuestra sociedad. 

Podríamos traer el súper modelo educativo de un país como Finlandia o Japón, los cuales son considerados como los mejores del planeta, pero de que nos sirviría si contamos con muy pocos docentes apasionados por la academia, apasionados por preparar sus clases, apasionados por dar ejemplo, apasionados por formar mejores ciudadanos o sencillamente apasionados. 

Hay muchos pedagogos sin amor a la labor, sin sentido de pertenencia por su institución, sin capacidad de escucha con los escolares o sencillamente convencidos que nuestros niños, niñas y adolescentes son vasijas vacías que deben llenar con conocimientos. ¿Será que con estas características de muchos de nuestros docentes, los modelos educativos de Finlandia o Japón funcionarían en Colombia? Ahora bien, si analizamos otros perfiles para el resto de labores, profesiones y oficios que en este país se desempeñan, me pregunto ¿cuántas personas se levantan cada día para trabajar con pasión, con vocación y con determinación sumando un granito de arena para cambiar el mundo?, no lo sé, nadie lo sabe al no existir estudios científicos que nos revelen porcentajes. Sin querer globalizar y sin irnos muy lejos quisiera preguntar ¿cuántas personas en la empresa en que usted trabaja lo hacen por que aman profundamente lo que hacen? ¿Cuántas personas en el supermercado o lugar donde usted merca se destacan por su excelente servicio al cliente, porque les apasiona lo que hacen? Me sigo preguntando, ¿cuantos amigos, amigas o familiares se quejan constantemente por tener que trabajar en algo que les aburre, porque no hay nada más que hacer? Desafortunadamente conozco a muchos profesionales, especialmente de las ciencias humanas, que les interesa muy poco el otro, no escuchan, juzgan e imponen sus prejuicios a la hora de dar diagnósticos en planes de tratamiento, he notado que hasta les cuesta saludar como si esto arruinara su ego.

También en mi experiencia laboral he conocido personas y profesionales exitosos que definitivamente dan más que lo que piden sus funciones, llegan más temprano y se van tarde con una gran sonrisa en sus rostros por la sensación del deber cumplido y mejor aún, nunca se quejan, profesionales que como el pedagogo Bermúdez siempre suman para una mejor sociedad. 

Estas personas y profesionales definitivamente hacen que una empresa, un instituto, una escuela y una sociedad como la nuestra, se mantengan y no terminen en un abismo mucho más profundo como en el que hoy nos encontramos. 

Será que solo el gobierno, los políticos, los partidos políticos, los dirigentes, las leyes, la constitución son los únicos responsables de cambiar nuestro país, no lo creo, lo hacemos cada uno de nosotros, analizando lo que hacemos como padres apasionados por nuestros hijos, como docentes amantes de la pedagogía, como médicos que previenen enfermedades más que curarlas, como psicólogos que aman al ser humano sin juzgamiento ni prejuicios. Pensemos si realmente lo que hacemos diariamente ocho horas o más al día, es lo que nos apasiona, o es lo que nos tocó, si realmente nos levantamos todos los días plenos con nuestra vida y con nuestra profesión, o sencillamente lo hacemos para poder pagar la renta y los servicios. 

Suena paradójico pretender tirar el trabajo actual a la basura porque no te apasiona, o generar renuncias masivas por buscar realizar nuestros sueños, pero mientras meditas para tomar decisiones con tu vida, recuerda que somos parte de una sociedad, que lo que haces con pasión o no, afecta a una organización y afecta a los demás de manera positiva o negativa. Recordemos que somos parte de un país y un universo, busquemos todas las razones positivas posibles para mejorar la actitud con la que realizamos nuestro trabajo, busquemos todas las razones posibles para respirar profundo cada día y hacer de las próximas ocho horas laborales las más divertidas y emocionantes, encuentra razones para marcar la diferencia en tu trabajo y para sobresalir de manera positiva. Suma, y no restes a tu sociedad. 

Ximena Arias Rivera, Pedagoga Reeducativa

1 comentario:

  1. Doctora es para mi de gran ayuda su buen artículo sencillo y fácil de entender para q nosotros como padres lo pongamos en práctica con nuestros adolescentes muchas gracias

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